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Detención arbitraria y tortura: testimonio del ex preso político Armando Hernández Sánchez

Martes 19 de octubre de 2021, por Comité Cerezo México

Soy Armando Hernández Sánchez, voy a dar mi testimonio sobre mi detención y la tortura que viví hace dos años, el día 28 de septiembre de 2019 me detuvieron a las 2 de la tarde en el municipio de Chiapa de Corzo, era un día sábado, salía de mi trabajo en una obra de construcción, iba a la parada de los colectivos para tomar el que me llevaría a mi casa en el ejido Nueva Altamira en el municipio de Acala.

En una de las calles del barrio Santa Elena donde caminaba, cerca de una tienda donde venden materiales para la construcción una camioneta tipo suburban se me atravesó, y por detrás llegaron unas personas que me forzaron a ponerme de rodillas, me decían “si levantas la cabeza aquí te matamos”, e inmediatamente me subieron al auto que se me atravesó.

Alcance a ver que en el operativo para mi detención participaron por lo menos unos 20 agentes, con cinco vehículos, cuatro vehículos pequeños y la tipo suburban, los agentes llevaban armas e iban vestidos de civil. No me dijeron las razones por la cual me estaban deteniendo, pensé que me iban a secuestrar.

Desde el momento que me detuvieron comenzaron a golpearme y amenazarme de muerte, cuando me subieron al auto me cubrieron los ojos con la camiseta que llevaba puesto, me dijeron que me iban a matar, que ya me había cargado la chingada y que no levantara la cabeza.

Los agentes no querían que yo levantara la cabeza para no verles el rostro e identificar a mis torturadores, mientras el auto iba en movimiento los agentes hablaban por radio, daban el aviso de que abrieran paso porque ya me llevaban, también preguntaban que dónde estaban los demás, sus compañeros respondían que estaban por la prepa, así que deduzco que habían otros policías que participaron en el operativo.

Durante media hora estuve en el auto, no sé a dónde me llevaron, pero en todo el traslado los policías me decían que yo dijera la ubicación de dos personas, yo dije la verdad, que no conozco a esas personas, pero cada que decía eso me daban de golpes, me descubrieron un momento los ojos pero me mantuvieron con la cabeza agachada y me mostraron fotografías de esas dos personas, me gritaban que yo las entregara y me dejarían ir, insistí que no las conocía, y por eso me siguieron golpeando con sus armas a un costado cerca de mis costillas y en mis piernas.

Me volvieron a tapar los ojos, sentí que el carro entró por una parte subterránea, todo se oscureció, el auto se detuvo y me bajaron, volvieron a mostrarme las fotos y volví a decir que no los conocía, entonces uno de los agentes dijo “así que muy machito, ahorita vas a ver”, mandó a que me quitaran toda la ropa, quedé completamente desnudo.

En todo ese tiempo me tenían los ojos vendados, solo me quitaron la venda para mostrarme las fotos pero con la mirada hacia abajo, así que no pude ver los rostros de los torturadores. Ya que estaba sin ropa comenzaron a envolverme con vendas, como una “momia”, la única parte que no me vendaron fue la boca, luego de eso me aventaron al suelo.

Ya te cargó la chingada decían, mientras tanto con golpes hacían que abriera la boca y me colocaban una botella con agua, y hacían que me la tomará toda, llegaba el momento que quedaba desmayado, los policías cuando veían que me desmayaba, apretaban mi tórax y así expulsaba el agua y volvía a estar consciente.

Así lo hicieron varias veces, pensé que ya no iba a sobrevivir, cada que me hacían eso me decían que diera nombre de mis compañeros, que dijera quienes son los de las fotos que me mostraban, que dijera dónde están, como no tenía idea quienes eran, eso fue lo que dije.

Desde que comenzaron a cuestionarme sobre mi participación en la organización supe que no se trataba de un secuestro, sino de un plan del gobierno, la tortura que me hicieron fue una acción de la policía para investigar sobre la organización y planear más crímenes.

Recordé que eso le había sucedido a nuestro compañero Javier Gonzales Díaz quien al igual que yo fue detenido y torturado dos meses antes, así que el gobierno de Rutilio Escandón Cadenas quería detener a más compañeros, yo fui el segundo, después encarceló a dos compañeros más, luego la represión siguió en otros estados con la detención de otros compañeros.

No recuerdo bien el tiempo que duré en ese lugar, ese cuarto de tortura de la Fiscalía General del Estado, luego me trasladaron a un ministerio público, ahí el que tomó mis datos me preguntó qué me había pasado pues veía que tenía mal estado de salud producto de la tortura, yo le dije que me habían torturado, me cuestionó que quienes lo habían hecho, yo les dije que no sabía porque me tuvieron todo el tiempo con la cabeza y la mirada hacia abajo, no dijeron nada más.

Me preguntaron que, si ya había comido, les dije que no, sólo me dieron un refresco y una sabrita para comer, seguían sin informarme la causa de mi detención, así que pregunté la razón por la cual me detuvieron y me torturaron, sólo respondieron que esperara que me llevarían al Amate, que ahí me dirían todo.

Como a las 8 pm, llegué al Centro de Reinserción Social para Sentenciados Número 14 El Amate, en el municipio de Cintalapa, Chiapas. Así se dio mi detención, todo esto lo relató porque es necesario que se conozca el proceder de la Cuarta Transformación en Chiapas, su política de represión.

Lo que me sucedió es lo que le ha sucedió a muchas personas, hoy como ex preso político, mi lucha va a ser la exigir justicia para que los torturadores de la FGE sean castigados y así evitar que otros más sean víctimas de esos criminales.

A T E N T A M E N T E
Armando Hernández Sánchez

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